Tenga en cuenta: la feria vegetariana en Phuket incluye escenas difíciles de cuchillos y objetos afilados que penetran en los cuerpos de los creyentes. No es una obra sencilla ni fácil de ver, por lo que no se recomienda venir con niños. Incluso las personas que son sensibles a las escenas duras y la sangre, se recomienda que eviten esta parte del festival.
El festival vegetariano en Phuket es uno de los más vistosos y coloridos de Tailandia, pero también el que incluye la tradición más difícil de ver. Además de música, ceremonias religiosas con muchos participantes y mucha, mucha comida vegetariana, también hay una procesión en la que los creyentes se clavan objetos punzantes en la cara.
Este festival ya está arraigado en la tradición tailandesa, pero en realidad su origen está en China. Los inmigrantes que vinieron de China mantuvieron su tradición, que se celebra en varios lugares de Oriente, incluso después de mudarse a Tailandia. Esta tradición comenzó allí en 1825. Aunque no es la única, la fiesta que se realiza en Phuket es la más grande e impactante de las que se realizan en Tailandia. Esto se debe al hecho de que muchos de los residentes de la isla tienen raíces chinas.
Es una celebración de nueve días de los creyentes de la religión taoísta y tiene lugar en el noveno mes del calendario chino, que suele caer en el mes de septiembre u octubre. La fiesta es una combinación de oraciones, procesiones y cantos. Estas celebraciones, según la creencia, se supone que traen salud, riqueza y larga vida a los miembros de la comunidad.
Las ceremonias están repartidas por toda la isla, entre 6 templos diferentes. El nombre Festival Vegetariano proviene de la costumbre de abstenerse de carne y alcohol durante los días de las festividades, con fines de purificación y ascetismo. Los creyentes también observan ropa blanca.
Lo que hace que este evento sea famoso en todo el mundo es la ceremonia durante la cual los participantes insertan palos, brochetas, cuchillos y cualquier objeto punzante que encuentren en sus mejillas entre los vítores de la multitud, un espectáculo que puede ser particularmente perturbador e impactante. Este es el pico de las festividades y se alcanza en los días octavo y noveno del festival. Los que hacen esto lo hacen para expiar los pecados de los miembros de la comunidad. Están convencidos de que los dioses los protegen y que nada malo les puede pasar. Difuminan el dolor a través del trance en el que entran durante la ceremonia religiosa. Pese a ello, un equipo médico se encuentra en la zona preparado para atender las lesiones.